Estudié magisterio de educación primaria y nunca sentí que mi sitio estuviera en un colegio. Supongo que no me sentía capaz de transmitir pasión por ninguna asignatura a los alumnos, y no me parecía responsable ser profesora sabiendo que no tenía nada que enseñar. Sin embargo, en el mundo de los caballos sí que creo que tengo algo que transmitir a los niños que se acercan a él.
Dice el video: «Necesitamos gente que piense de manera creativa e innovadora, crítica e independiente, con la habilidad de conectar. […] Un gran profesor puede alcanzar el corazón de ese niño y permitir que viva. […] Démosles a todos los dones la misma importancia. […] Ayudémosles a que sus sueños se puedan cumplir y solo Dios sabe lo que podremos conseguir.»
Me encanta ver las cualidades de las personas, relacionarlas con los caballos, y ver cómo crecen hasta darle a la persona el poder de cultivar otras muchas habilidades, dando como resultado cada día una mejor persona que sueña cada noche y, de repente, un día, se da cuenta de que su vida se ha convertido en lo que siempre soñó.