Los caballos necesitan poder caminar continuamente, estar en compañía de su manada y disponer de heno de calidad para comer.
Nosotros vivimos en Bizkaia, donde el clima no es nada sencillo. Más de la mitad del año está lloviendo y con mucha humedad, y ofrecer una vida de calidad no es nada fácil. Las campas se embarran y se vuelve muy incómodo pasarlo a la intemperie.

El pony de la foto es Oro, de raza losina, muy parecido a un pottoka, por lo que está preparado para un invierno vasco. Es un tío rústico y ni se inmuta bajo la lluvia.
Pero el resto de nuestra manada está compuesta por caballos y yeguas mezclados con caballos de deporte, que han perdido gran parte de su rusticidad y tiemblan de frío, se llenan de hongos y necesitan más alimento que el heno de base para no quedarse en los huesos.
Cuando el clima lo permite, los caballos viven en grandes praderas en las que solo hay que revisar que dispongan de agua fresca y limpia, que tengan pasto suficiente y revisar a cada caballo.
Cuando hace mal tiempo, traemos a los caballos a un circuito que se ha diseñado para ellos. Es un circuito circular en todo el perímetro de un terreno de 1 hectárea, donde los caballos encuentran:
- Heno en redes o en el suelo en diferentes montones.
- Agua fresca y limpia.
- Suelo de grava para que no se embarre que se limpia varias veces al día para que los caballos pisen lo más limpio y seco posible.
- Sal
- Árboles que dan sombra
- Cobertizos para que puedan resguardarse todos los caballos.
- Cuadras con un pequeño espacio exterior por si algún caballo necesita reposo, vigilar que coma, etc.
- Arena para revolcarse y echar la siesta.
Lo que se pretende es crear, en el espacio que tengamos, un espacio en el que los caballos tengan cubiertas sus necesidades mínimas:
· Movimiento: los caballos necesitan poder moverse para que su sistema digestivo funcione con normalidad, se mantengan activos y sanos.
· Vida en manada: los caballos son animales gregarios y necesitan estar juntos.
· Alimentación a base de heno. Varias veces al día se les coloca heno de manera que prácticamente todo el día lo tienen a su disposición. En invierno, ayudamos con piensos adecuados a las necesidades de cada uno.
Con este sistema, conseguimos que pasen un invierno felices, cuidados y con sus necesidades básicas cubiertas. Ahora bien, aún así, todavía dista mucho de lo que sería su vida natural, donde caminarían muchísimos kilómetros al día, galoparían y estarían muchísimo más activos y en forma.
Aunque vivan ahí, todos los días sacamos a los caballos a caminar para poder ofrecerles un poco más de movimiento y otros terrenos que pisar.
El invierno es temporada de subsistir, de momento no hemos encontrado la manera de tener a los caballos súper en forma, ya que todos los terrenos están mojados y patinan para entrenar, y una pista de arena lisa no es suficiente para un entrenamiento completo.