Siendo consciente de que lo que decimos de los demás dice más de nosotros mismos que de los otros, aquí podéis leer algunos testimonios de personas que han dejado más de lo que se han llevado.
«Cuando llego donde la manada siento libertad, amor, mucha verdad y paz. Es la terapia más salvaje y bonita del mundo. Todo ello no sería posible sin Lore, puro amor, verdad, paciente y perseverante, el enlace perfecto entre los dos mundos, las personas y los caballos. Hace tiempo que dejé de montar porque no sentía que el amor hacia los caballos y su cuidado fuera el centro, y aquí lo es, un pequeño paraíso en la tierra donde los caballos nos dejan ser una pequeña parte de su manada».
Ainhoa. Julio 2024
«Antes estuve en una hípica en la que los caballos viven en cuadras y solo salen cuando hay clases. Lo que hacía era montar. Muchas veces me decían que pusiera la montura, sin enseñarme a hacerlo. Todos los días hacíamos lo mismo: paso, trote y galope. Después de las clases tenía que meter al caballo en la cuadra. Y se terminaba la clase.
Estuve un tiempo sin montar hasta que mi madre fue a una clase de yoga y caballos, donde se enteró de que había una escuela donde los caballos no viven en cuadras y son felices. Fuimos a visitar la escuela y vimos que los caballos viven en un paraíso equino, en manada y tienen un circuito. Lo más importante que nos hizo razonar y querer quedarnos fue que lo primero y más importante es el manejo del caballo y aprender sobre su cuidado. Empezar desde los cascos.
Para eso Lore tiene el método de ganarse las botas que a mi me parece increíble y que esto lo deberíamos saber todos, que lo importante no es saber montar si no saber manejar el caballo, saber cuidarlo y saber qué es lo que necesita un caballo.
Lo que más me gusta es la conexión que tengo con el caballo cuando hago pie a tierra».
Miren, 14 años. Julio 2024
«Muchísimas gracias por darme la oportunidad de participar en el taller de esta tarde contigo y con vosotras. Me he sentido muy a gusto y ha sido muy reconfortante la forma en la que trabajáis y tratáis tanto a los caballos como a las demás personas. Me lo he pasado genial. Ojalá el curso que viene me lo pueda permitir, para mi sería todo un lujo».
M., 20 años. Julio 2024